«El auténtico escritor no se dedica a modular cosas bonitas para los lectores, sino únicamente debe aclararse a sí mismo e interpretar mediante la magia de la palabra su propio ser y sus vivencias, resulte bonito o feo, bueno o malo».


Hermann Hesse

miércoles, 22 de diciembre de 2010


Ángel mío
Dulce tempestuoso y cambiante arrullo...

Dame una pluma de tus blancas alas…
Mi alma es un pincel que anhela pintar en el lienzo de tu espalda…
Tu cuello lleno de su pintura exige mas colores…
Colores que tengo escondidos para tu regreso…

Siento algo en mi pecho retumbar…
Pero no todo lo que palpita es un corazón…
Siento que son tus sueños…
Que empapan de energía mi pensar…

Regálame un segundo vida mía…
Y te regalare mi vida sin chistar…
Mi actitud vacilante y los recuerdos que se van…
Borra con tus manos las cicatrices de mí mirar…
Crea una explosión con solo exhalar tu voz…

No me pidas que espere…
Pues a tu espíritu adicto soy…
No quiero dejar de estar a su lado, amada ama mía…
Pídeme lo que quieras menos aguardar tu regreso…

No importan los caminos ni el tiempo…
Pues contigo me desvanezco del mundo mortal…

Dame una pluma de tus blancas alas…
Para con ella borrar los demonios que destruyen mi alma…
Y con ella recordar que existe el karma…
Para con ella escribirte versos y cartas…

Dame un beso amada mía…
Uno cada segundo de mi vida…
Dame eso…
Y te doy mi existir…
Te doy mi eternidad…
Te doy lo que soy lo que e sido y lo que seré…

Solo te pido una cosa…
Aunque mi petición suene un tanto extraña..
Le ruego que me regale su silencio…
Acompañado de tu boca embriagante y perfecta….

Vamos amada mía…
Regálame una pluma de tus blancas alas….
Regálame un instante de tu delirante sonrisa…

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