«El auténtico escritor no se dedica a modular cosas bonitas para los lectores, sino únicamente debe aclararse a sí mismo e interpretar mediante la magia de la palabra su propio ser y sus vivencias, resulte bonito o feo, bueno o malo».


Hermann Hesse

sábado, 15 de septiembre de 2012

Los grilletes que nos atan...




Somos tan libres como la sociedad o nuestras capacidades nos lo permiten ser –dijo mi maestro mientras yo lo escuchaba con desacuerdo- realmente no somos libres.

Somos tan libres como nuestros demonios nos permite ser, el subconsciente nos lo dice día a día, mientras miramos la luz que se cuela entre las sombras, mientras estrujamos el amor entre los líquidos sucios de una vida mal gastada… Somos tan libres como nos lo permite el creador y su indiscutible decisión – pensaba mientras escuchaba al maestro hablar y hablar- ni que sociedad ni que carajos,  el que no ama la vida no ama la libertad…

Hoy me doy cuenta de mi error, no tenemos esa decisión, pero no por la sociedad o por la decicion del creador, si no por esa fuerza mística llamada "luchar contra el destino", esa que si te dejas llevar sin luchar te lleva a altamar, ese océano espeso que te ata y no te deja regresar…
Es lo que no hacemos lo que nos encierra sin dejarnos salir…
Lo que dejamos pasar…


Veamos que sale…


Hay unos grilletes en mi alcoba que chocan con las lozas, con el techo y las sombras...
Hay unos grilletes que chillan como cuervos y cantan todos al mismo tiempo...
Y los escucho caminar por todos lados, ¡y los escucho gritar!
A veces juraría que hasta los puedo mirar…
Los siento, a veces, y hasta su frio metal puedo oler…
Las cadenas son gruesas, tan pesadas que no las puedo soportar…
¿Quién me puso estas cadenas mi dios? ¿A caso fuiste tú?
¿Por qué este tormento he de cargar?

Y con su vocación de cineasta el me enseña una película en blanco y negro, con una cinta maltratada y con la música un tanto distorsionada…
Y puedo verme en mis viejos recuerdos, donde los diábolos sombríos susurraban en mis oídos,
Tomándome del hombro y diciendo “no te arriesgues, es demasiado bueno”
Riéndose como locos cuando yo doblegaba mis sueños y los cubría con un pañuelo, murmurando...
La película reveladora, de la cual soy autor, antagónico y espectador…
Esa noche que no le dije te amo a esa ave desorientada,
Cuando no bese a mi frágil color rojo por que un demonio a mi oído cantaba “no te arriesgues idiota, es demasiado bueno”
Cuando un humo blanco en mis pulmones entraba, destellando mis neuronas y mi cuerpo, y seguían riendo y diciendo esas crueles palabras…

Termina la película con el impacto de mis lágrimas en la cama,
Y sigo escuchando esas voces riendo mientras suman más cadenas a mis muñecas y espalda,
¡Y ríen las malditas voces!, ¡ríen con gritos atroces!...

Y como músico innato que es el creador me regala una canción, esa que yo escuchaba cuando conocía el amor…
Con una guitarra española y la simple pregunta de ¿por que es tan difícil amar?
Las piernas se doblan temblorosas y cascabelean las cadenas que de ellas cuelgan,
Y sollozando a gritos miro el espejo y me veo completamente atado,
De pies a cabeza atado, ¡y siguen riendo los malditos!
¡Siguen riendo a mis espaldas! A mis espaldas y en mi cara…

Pero llega ese artista único que me dio la vida,
Se inca frente a mi con el viento de una briza,
Estrecha mi mano y al verla perplejo me deja,
El mismo creador cadenas lleva, atado esta del mismo modo en el que estoy yo,
Y su voz melodiosa ruge dentro de mi cabeza…

Si tú no eres libre tampoco lo soy yo,
Si tus demonios ganan pierdo yo,
¿Es que ya no amas joven poeta?
¿Por que solo te cortas las alas sin pelea?

Miro sus ojos del mismo color que los míos, veo su boca sonreír con los mismos labios que tengo…
Levanta su cuerpo que es mi mismo cuerpo…
no te doblegues ante ellos, nada fue, es,  ni será demasiado mi querido poeta autoenjuiciado …

Y sonrió un segundo y cae un estruendo de mi cuello,
una lágrima de alegría resbala por mi cuello,
desgarra mi piel marchita dejando a su paso luz de vida,
rompe grilletes que en todas partes tenia, chocando en el suelo como yo antes lo hacia…

Y ahora pasa una nueva película, una premonición colorida, con música nueva y sin zonas sombrías…
y veo a esas mismas sombras dentro de mi cabeza, y ríen diciendo su cruel himno ala miseria,
y yo me rio ahora, los ignoro y sigo con mi vida,
pues me di cuenta gracias a un bello artista,
que nadie puede atarme, nadie puede encadenar  mi alma sin mi permiso,
pues yo tengo las cadenas guardadas en mi armario,
Y solo esperan a que me rinda, para entre burlas y rechinidos,
llevarme a ese armario donde solo se escuchan unas espantosas risas…
Para encerrarme solo con mis miedos y pesadillas…

martes, 11 de septiembre de 2012

Madre tierra, ¡hoy me entrego a ti!


Tanta soledad inunda mi cuerpo con la leve briza nocturna, y me doy cuenta que no estoy solo, que hay una amante escondida en mi día a día…
esa a la que tanto me entregado inconscientemente y no me había percatado…


Veamos que sale…


Cuantas noches no te había tenido conmigo,
O dulce ángel vestido de mundo, disfrazada de flores, de viento y plantíos…
Hoy me he entregado a ti amada mía,
Mujer que gobierna todo placer al que me he rendido, esta noche a ti te escribo…
Y perdóneme por la demora, pero aunque suyo tantas noches he sido, hasta esta noche,
Hasta esta noche no sabía que en su lecho es donde he dormido…

Pues cuantas noches como esta no me has robado un beso con el viento, acariciando con  los rayos del medio día, o acariciado mi piel y mi pecho con  las brizas de una noche moribunda…
Eres tu la que sin envidia y esmero me ama, se me entrega, violando cada palmo del hombre inepto que soy…
Oh quería mujer despreciada, a cuantos más no amas, y ellos con veneno te pagan,
Cuantos pechos tus delgados dedos no encantan, cuantos ojos con tu belleza no has engendrado, criado y desflorado con ocasos, con rosas y montañas escarchadas por tu soledad de antaño…

Pues eres tu la que no me deja amar, por que eres tan perfecta y conmovedora,
Me envuelves en crisálidas, me conviertes cada segundo que pasa en lo que tanto quiero y en lo que tanto quieres, en lo que tanto deseamos ser…

Esta noche soy tuyo, como otras tantas no lo fui,
Esta noche me entrego a ti,
¡Vamos perfecta dama! ¡Abrázame!, con tu tallo espinado hazme empalidecer,
Y con tus brazos de hojas y pasto déjame entrar, entrar desde abajo hasta tus entrañas, hasta el centro de eso que te hace mujer…
Bésame, envuélveme por entero en tus lluvias, hazme el amor con cada gota lamiendo mi ser, entrando por mis sentidos hasta el alma, que desde ahora, desde ahora a ti a de pertenecer…
¡Vamos, así! Enreda tus piernas de viento y mareas en mi cintura, sumérgeme en tus mares, en tus aguas crearemos una luna, en tus flores una supernova y en los arboles nuestro hogar…

¡Hazme lo que quieras mujer divina! Tuyo soy ahora, como lo he sido inconscientemente.
Que me importa si me eres infiel, nunca has alejado tu cintura de mis manos…
Llena mis pulmones de tu psicotrópicos, comamos juntos esos hongos tuyos tan mágicos, créame un universo de emociones en mi cuerpo, en mi mente y en mis miembros…
¡Oh amada madre! ¡Soy tuyo!, no me hagas rogarte, quiero que seas mía como lo soy yo de ti, quiero dormir todas las noches en tu pasto y que me cobije tu cabello de nubes, que tus cascadas sean la regadera donde nos hemos de bañar, haciendo el amor mientras tus aguas entran desde mis dedos hasta mi yugular…

Que te puedo decir madre tierra, ¡soy tuyo!, ya no lo quiero negar, esta realidad he de afrontar,
Que ninguna mujer se te iguala, pues en ti se reflejan las estrellas y la aurora, la briza nocturna y el frio de invierno, la fertilidad de la primavera, la intensidad ardiente del verano, la melancolía del otoño anaranjado…
sonríeme con tus alboradas, enternece mi ser con tu exquisita belleza innata, convierte mi sueño de fornicar contigo entre sonetos y bosques enteros,
Oh señora de mis ciervos, peces y conejos, duerme conmigo esta noche, con el hijo tuyo que incestico te ha de dar la vida que creaste con tanto esmero,
Que curioso se mete en tu cama de cedro y vierte su semilla en el campo fértil de tu agonía…

Soy tuyo madre tierra, de tus temperamentos, de tu creación, de tu cuerpo, de la piel de la tierra entera, de las estaciones de tus sentimientos, del rosado campo de flores que nace en tus mejillas, de la gris noche que proyectan tus pupilas, de el pastizal tibio de tu pubis y el cálido sabor de tus pechos de luna…
¡Soy tuyo!, y tuyo me has de hacer, como lo has hecho tantas veces, y que desde hoy,
Desde esta noche que excitado por tu belleza te escribo estas letras que sangran pasión entre comas y siglas, desde el preciso momento de que se ponga el orgásmico punto final, desde ese momento te are el amor infinita mujer mía, desde ese momento soy tu fiel pareja que dará su vida entera, por dormir entre tus tersas y mágicas piernas…

viernes, 7 de septiembre de 2012

El cosmos, reflejo de mi amada...



Esas ansias inmensas de demostrarle al mundo que tan grande es mi amor, que tan grande es esa dama…
hacerlo, ¿Por qué no?

Veamos que sale…

por las noches la pinto, la pinto entre las estrellas, y resalto algunas con el brillo que dan sus ojos,
Y cuando las miran desde otra esquina del mundo los hombres dicen “que inmensa es esa dama, que infinita es su belleza”
Y en las mañanas la sigo pintando entre los arboles, sombreando el contorno de sus labios entre hojas, plasmando sus rosados labios con las nubes, arden las nubes, arden y el que las mira dice “que tan incandescente es el amor que le tienen a esa mujer, que hermosos labios posee”

Tomo la luna para plasmar su alma, y los cráteres que sangran luz como el alma de mi amada…
Tomo un puñado de aves que pasean en su contorno, que se embriaguen con su alma y canten, canten como lo hago yo…
Y los hombres escuchan ese canto y en coro gritan “Bendita sea esa mujer, que tan grande es su melódico palpitar”

Y tomo el océano como su templo de Venus, y vierto en el mi cuerpo y alma, me dejo danzar en el, y miro como los hombres me miran desde la playa, veo como envidian ese placer infinito que siento al nadar entre tus aguas...
Y me sumerjo entero, salgo como nuevo, y los peces de nuestros momentos nadan libres entre nuestro encuentro, y los hombres dicen envidiosos “ suertudo ese hombre, nada entre la espuma que dan las olas de su amada, libre como ninguno, feliz como ninguno”.

Tomo el viento y lo hago pasar entre cada pétalo de cada flor y de cada roble, de cada hierba y con cada pequeño hilar de pasto  tejo ese dulce velo de tu perfume,
Y me embriago de el, me cubro en el y siento tu esencia rodear mi pecho y mi piel, mi nariz, mis manos, y mis pulmones dejan de ennegrecer,
Y todo ser humano, ya sea caballero o bailarina de burdel, todos te inhalan con curiosidad y gozo, y gritan de nuevo en coro “increíble mujer, ¿donde descansa ese cuello que impregna de ángel el viento?, ¿donde?”

Y no me canso de mostrarle al mundo lo inmensa que eres, en cada libro en cada pequeño ciervo, entre los palmos de cada árbol, en la rosa que nace, en el lirio que perece,
Entre los barcos y las calles, entre los hombres y sus madres,
Entre cientos de corales, o en el calor de los volcanes, entre la nieve y la espuma, entre el barro y la pintura…

En cada pequeño detalle de la humanidad te encuentro y te señalo, y los demás te miran extasiados,
Y entre todo lo natural te reflejas, y te marcas sola como instinto de poeta, y todo mendigo ya no pide limosna, solo miran tu persona y embelesen ante tu riqueza absoluta…
Los padres te dedican las misas, los ateos contigo el universo descifran, los perros son fieles a tu vida, y las aves despiertan con tu risa…
La primavera espera tu tristeza y el invierno espera a que duermas…

Y los hombres lo miran y te miran amada mía,
Yo lo miro y te vivo, te recuerdo, te bebo junto a una copa de vino, te muerdo al comer el pan de mis descuidos, y todo hombre te mira por inercia, todos te escriben poemas, pintan con tu cuerpo una capilla Sixtina o crean canciones en chelo y violines, clarinetes y oboes, pianos y saxofones, y tu voz utilizan para dar ritmo, y tus dedos danzando con tu caminar son los directores…

Eres tú la diosa que da vida y la muerte que con un toque me da la otra vida,
Y bebes y me das vida, y sueñas y me das vida, ¡respiras y con cada inhalar me das vida!
¡Y a todos los hombres das vida!
¡Y a este poema narrativo das vida!
Todo sucumbe y te reverencia, todo tiene tu nombre escrito en tinta y a la diestra…

Pues no necesito contarle al mundo que tan grande eres,
Solo miran el cielo tapizado con tus emociones y en pleno te conocen…
Y solo duermen con una mujer y besan sus pechos y te conocen...
Con solo respirar te conocen y el amor que por ti siento sienten…

Pues tú eres mi vida, mi mundo, mi universo…
Y cada ser vivo que exista te tiene, cada cosa en el mundo te tiene, cada partícula en el cosmos te tiene…
Pues eres el amor en su máxima expresión, la vida misma…
Y hasta la muerte depende de ti, pues sin ti, la muerte seria un concepto sin motivo ni estima…
Y al decir esto los hombres gritan junto conmigo “Bendita seas amada mía, grande es tu belleza, y exquisita la vida que inconscientemente entregas”