Somos tan
libres como la sociedad o nuestras capacidades nos lo permiten ser –dijo mi
maestro mientras yo lo escuchaba con desacuerdo- realmente no somos libres.
Somos tan
libres como nuestros demonios nos permite ser, el subconsciente nos lo dice día a día,
mientras miramos la luz que se cuela entre las sombras, mientras estrujamos el
amor entre los líquidos sucios de una vida mal gastada… Somos tan libres como
nos lo permite el creador y su indiscutible decisión – pensaba mientras escuchaba
al maestro hablar y hablar- ni que sociedad ni que carajos, el que no ama la vida no ama la libertad…
Hoy me doy
cuenta de mi error, no tenemos esa decisión, pero no por la sociedad o por la decicion del creador, si no por esa fuerza mística llamada "luchar contra el destino", esa que si
te dejas llevar sin luchar te lleva a altamar, ese océano espeso que te ata y no te deja
regresar…
Es lo que no
hacemos lo que nos encierra sin dejarnos salir…
Lo que
dejamos pasar…
Veamos que
sale…
Hay unos
grilletes en mi alcoba que chocan con las lozas, con el techo y las sombras...
Hay unos
grilletes que chillan como cuervos y cantan todos al mismo tiempo...
Y los
escucho caminar por todos lados, ¡y los escucho gritar!
A veces juraría
que hasta los puedo mirar…
Los siento,
a veces, y hasta su frio metal puedo oler…
Las cadenas
son gruesas, tan pesadas que no las puedo soportar…
¿Quién me
puso estas cadenas mi dios? ¿A caso fuiste tú?
¿Por qué este
tormento he de cargar?
Y con su vocación
de cineasta el me enseña una película en blanco y negro, con una cinta
maltratada y con la música un tanto distorsionada…
Y puedo
verme en mis viejos recuerdos, donde los diábolos sombríos susurraban en mis oídos,
Tomándome del
hombro y diciendo “no te arriesgues, es demasiado bueno”
Riéndose como
locos cuando yo doblegaba mis sueños y los cubría con un pañuelo, murmurando...
La película reveladora,
de la cual soy autor, antagónico y espectador…
Esa noche
que no le dije te amo a esa ave desorientada,
Cuando no
bese a mi frágil color rojo por que un demonio a mi oído cantaba “no te arriesgues
idiota, es demasiado bueno”
Cuando un
humo blanco en mis pulmones entraba, destellando mis neuronas y mi cuerpo, y seguían
riendo y diciendo esas crueles palabras…
Termina la película
con el impacto de mis lágrimas en la cama,
Y sigo
escuchando esas voces riendo mientras suman más cadenas a mis muñecas y espalda,
¡Y ríen las
malditas voces!, ¡ríen con gritos atroces!...
Y como músico
innato que es el creador me regala una canción, esa que yo escuchaba cuando conocía
el amor…
Con una
guitarra española y la simple pregunta de ¿por que es tan difícil amar?
Las piernas
se doblan temblorosas y cascabelean las cadenas que de ellas cuelgan,
Y sollozando
a gritos miro el espejo y me veo completamente atado,
De pies a
cabeza atado, ¡y siguen riendo los malditos!
¡Siguen riendo
a mis espaldas! A mis espaldas y en mi cara…
Pero llega
ese artista único que me dio la vida,
Se inca
frente a mi con el viento de una briza,
Estrecha mi
mano y al verla perplejo me deja,
El mismo
creador cadenas lleva, atado esta del mismo modo en el que estoy yo,
Y su voz
melodiosa ruge dentro de mi cabeza…
Si tú no eres libre tampoco lo soy yo,
Si tus demonios ganan pierdo yo,
¿Es que ya no amas joven poeta?
¿Por que solo te cortas las alas sin pelea?
Miro sus
ojos del mismo color que los míos, veo su boca sonreír con los mismos labios que
tengo…
Levanta su
cuerpo que es mi mismo cuerpo…
no te doblegues
ante ellos, nada fue, es, ni será demasiado mi querido poeta autoenjuiciado …
Y sonrió un
segundo y cae un estruendo de mi cuello,
una lágrima de alegría resbala por mi cuello,
desgarra mi piel marchita dejando a su paso
luz de vida,
rompe grilletes
que en todas partes tenia, chocando en el suelo como yo antes lo hacia…
Y ahora pasa
una nueva película, una premonición colorida, con música nueva y sin zonas sombrías…
y veo a esas
mismas sombras dentro de mi cabeza, y ríen diciendo su cruel himno ala miseria,
y yo me rio
ahora, los ignoro y sigo con mi vida,
pues me di
cuenta gracias a un bello artista,
que nadie
puede atarme, nadie puede encadenar mi
alma sin mi permiso,
pues yo
tengo las cadenas guardadas en mi armario,
Y solo
esperan a que me rinda, para entre burlas y rechinidos,
llevarme a
ese armario donde solo se escuchan unas espantosas risas…
Para
encerrarme solo con mis miedos y pesadillas…
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