Mi amor por ella muere…
Como mueren las hojas
al paso del otoño…
Como sucumben las rosas
ante una sequia cruel…
Se pierde en todo, y a
la vez, se pierde por nada…
Mi delirio por esos
ojos se pierde…
Entre las ramas de un
árbol seco, o un bosque calcinado…
Como el humo de un
cigarro, este sentimiento se esfuma con los vientos…
Como una pluma que vaga
sin rumbo hasta un infinito incierto…
Todo esto así se
pierde, como mis ganas de un sueño eterno en sus labios…
Muero, y esto muere
dentro de mí…
La decadencia de mis
suspiros carcome los huesos del gorrión que cantaba cuando ella sonreía…
Muere el sueño de este
amor, como mis pulmones, lentamente este amor ennegrece…
Y tan lento, frio y
cruelmente se seca este amor inactivo, que ni un monzón podría enverdecer el
edén que alimentaba su mirada…
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