¡No lo
quiero!, no quiero ser solo un susurro en el viento,
¡Quiero ser
el viento!, ser un alma de la que los seres respiren,
Ser íntimo
con todos, hasta el día de sus muertes;
Quiero ser
el viento, las caricias de los amantes,
Los alientos
y suspiros jadeantes,
Una briza
que mueva el roció y las nubes;
Quiero ser
el aire.
¡No lo
quiero, no! No quiero ser el hombre que
regale rosas,
¡Quiero ser
la rosa!, quiero que me tomen las amadas y respiren mi aroma,
Que los
hombres me escojan como el más bello para su amada musa,
Que la
belleza de mi naturaleza sea el obsequio perfecto,
Un regalo,
un pretexto, un alago o un instrumento;
Quiero ser
una rosa, con el que un hombre acaricie las periferias de una exquisita silueta,
La que una
mujer bese, cuide y llene de cuidados hasta que muera marchita,
Crecer silvestre,
crecer salvaje y única entre miles;
Solamente,
quiero ser una rosa.
¡No lo
quiero!, no quiero ser un poeta atado a las letras,
Quiero ser
las letras, quiero atar las almas de mis lectores,
Quiero ser
el poema que regalen las parejas o los amantes,
Quiero ser
una hoja amarillenta, que envejece hermosa entre millones;
Quiero ser
poema, un verso al aire que con mi forma de viento se valla al infinito,
Unas palabras
con las cuales suspiren los vivos, y renazcan los muertos,
Ser ese que
todos recuerdan, pero nadie conoce,
Ser la magia
infinita, que entre los enamorados se esconde;
Quiero ser
un poema.
¡No quiero! ¡Y
lo reitero!, no quiero ser un maldito creador de lagrimas y penares,
¡Quiero ser
la lagrima misma! Un ser salado y cristalino, que recorra mejillas besando
dolencias,
Ser guardado
en el recuerdo, o perdido al instante,
El pretexto
de catarsis, el ángel caído del sentimiento;
Quiero ser
una lagrima, ¡una o cientos!, pero quiero serlo,
Una petición
de auxilio, un “no me dejes, te necesito”,
Ser la braza
acuática que arde en el pecho y brota del llano de un ventanal espiritual,
Solamente un
collage de cosas guardadas y olvidadas que se vuelven en manantial;
Quiero ser
una lágrima, millares, una dolencia hasta el final.
¡Como te lo
puedo explicar! No me limites amigo mio, no me veas como un ser finito o
mortal,
Soy lo que
quiero ser, en lo que mi alma quiera converger,
¡Y te repito
que no quiero serlo!, ¡no! No quiero ser un humano más,
Quiero ser
el pretexto de los que se dicen serlo,
El odio al
eterno por perder la ocasión,
El deseo
infinito de hacer el amor,
Ser el que
reza o el que maldice,
El que se
baña en el rio o entre lozas y jacuzzis,
Quiero ser
el que se unta en una herida, que sana y fortifica,
Quiero ser
tus vitaminas, tus risas y tus manías;
Quiero ser
lo que te hace humano, no solo un concepto,
Si no todo
cuanto tu crees incierto.
No quiero
serlo, un simple e incomprendido animalejo,
Quiero ser
un infinito te quiero,
Una simple molécula
en todo el universo,
No un dios,
pero si un ciervo;
No un
demonio, pero si quebrantable.
Quiero ser
todo, pero no te confundas,
Quiero ser
todo, que haga que valga la pena serlo.
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