¿Qué es lo que ella sueña?
Noches de
escarlata y caricias tiernas,
Un sinfín de
sogas que la aprietan,
La retienen
entre sus pupilas y estrellas.
Aquí estoy
para contarte los planetas,
Por favor,
locura de rojo y maleza,
Date cuenta,
mi labio se cuela en poemas.
El amanecer
nos lleva a cuestas,
El tiempo se
atormenta,
Y caemos en
cuenta,
De que la noche
y el beso son pareja.
¿Qué será lo
que sueña ella?
No creo que
estar a mi lado;
Eso es un
deseo congelado,
Una simple y
cruda pesadilla.
Pero,
piénsalo mi rojo galáctico,
Con tus alas
arañadas por los años,
Sé que no lo
creerás, pero aun te amo.
Y el culto
de tu alegría aun practico.
Y estoy aún
bebiendo de tu cáliz.
Créalo mi
arcángel de marfil,
Sigo en esta
senda hasta el fin,
Para
protegerte; para que seas feliz.
¿Qué será lo
que en las noches le atormenta?
¿Sera una
soledad que la seduce a tientas?
¿Un placer
de tener que luchar en contiendas?
Lucha amor
mío, lucha hermosa y contenta.
Si tú sueñas
que se acaba el mundo,
Que vuelas
lejos a donde no hay barullo,
Yo sueño que
soy tus alas y a volar te ayudo.
Sueño que
soy lo distante y profundo.
Y cuando
ella sueña en el amor,
Yo seré sólo
su simple narrador,
Un vigía, un
fiel perro protector.
Descuida; ya
no debes tener temor.
¿Qué será lo
que ella sueña?
¿Soñara que
la miro como a la primavera?
¿Qué la
deseo como el sol a la noche que se aleja?
¿Estará
enterrada entre la sencillez que acompleja?
¿Sabrá que
aquí estoy para siempre quererla?
¿O solo
viaja dormida y risueña?
Si solo
pudiera saber lo que sueña,
Comprendería
si ella también malgasta las noches,
Pensando en
un mundo lleno de nuestros amores.
Así sueño
yo, dudo que también ella.
¿Qué será lo
que siente mientras duerme?
¿Sera que me
quiere con inocencia,
O ignora mi
amor a conciencia?
¿Sera que
alguna vez piensa en quererme?
¿Qué será lo
que sueña?
Tal vez que
está despierta,
Cuando le
digo te amo,
Y me besa
contenta,
Tal vez me
comprenda.
O tal vez
solo yo lo sueño,
Y no percibe
mi latir de orquesta.
Eso es lo
que tanto temo.
Esa es mi
pesadilla.
Ese sueño
crudo de antaño,
Que en las
noches me atormenta.
Que mi rojo
ángel fallezca,
Sin soñar mí
cuidado de ofrenda,
O
simplemente,
Que nomás yo
anhele,
Lo que a
ella el sueño le espanta.
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