Cuantas cosas
se pueden decir ésta noche.
Cosas como “quiero”,
Cosas como “sueño”,
Es un
vocabulario de consuelo y reproche.
¡Quiero! Quiero
escrutar la curva de la luna,
Quiero las notas de las aves en mi tímpano,
Quiero vivir
todo a conciencia y no en vano,
Quiero que
las olas nocturnas sean mi cuna.
¡Oh cuanto
quiero! A la tierra y al firmamento,
Quiero ser las
noches de copas,
Quiero ser la
sombra de faldas,
Quiero ser
la voz de todos, de cada instrumento.
¡Y mientras más
quiero más sueño!
Locura de
decisiones en duelo,
Moldura de
palabras al vuelo,
¡Soy debate
entre un viejo y un niño!
¡Sueño! Oh
compañero, sueño en exceso,
De esos
placeres que carcomen la paciencia,
Que te
privan del descanso y la conciencia,
¡Soy un
soñador bohemio en mundos de preso!
Sueño que me
elevo entre los hombres,
Sueño que soy
un simple y firme roble,
Sueño que
soy de tronco largo y noble,
¡Sueño crecer,
crecer hasta las nubes!
Sueño que
soy poema de pieles y roses,
Sueño que
los amantes me recitan en sus amores,
Sueño que
soy las cóleras y también sus dolores,
Sueño que
soy una y todas las pasiones.
¡Sueño que
soy un orgasmo!
Sueño ser pañuelo
que viste al solitario,
Sueño ser un
cielo y el mismo purgatorio,
¡Sueño ser
lo que odio y amo!
¡Y mientras más
sueño más quiero!
Y las noches
y días pasan corriendo,
Y lucho con
mi pecho rojo y cansado,
Y beso al deseo
con aliento quiméro.
Pero no
importa ni la senda ni su miedo,
Ni importa
ni el demonio ni el cielo,
Ni importa
si me atan con gran celo,
Yo sólo quiero,
yo sólo sueño que puedo.
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