¿Dónde se
esconde la caricia soñada?
Un alma
encendida,
La dama
añorada,
De pasiones prohibidas,
encantadas.
La he
buscado en las enramadas,
Donde las
aves duermen,
Pues libres
se presumen,
Y libertades
serán sus alboradas.
Tal vez se
refugia solitaria,
Como yo le
huyo al silencio pérfido;
En su
escondite secreto, preferido,
Con claveles,
con oníria.
¿Dónde se
esconde el beso anhelado?
En algún
labio inmaculado,
Sorbiendo un
sueño pálido.
¿Por qué no
toma el mío, tan colorido?
Esa dama
perturbada,
Que mi
locura encuentre sensata
¿Será tan
despistada?;
La que
admire mi sombría sonata,
Y sucumba
enamorada,
¿Logrará
hallar mi alma intacta?
Tal vez esté
lastimada.
Eso es, sus
alas pierden fuerza,
Su fe no
encuentra mis letras,
Mira al
cielo sin esperanza,
Ya no confía
en los profetas;
Siente ganar
la flaqueza,
Al igual que
yo, sin ganas.
¿Dónde se
esconde la caricia soñada?
Tal vez en
los mares que aún no exploro,
En los
miedos, en los cuento de hadas;
Que respire
en silencio, ¡Oh eso imploro!
No puedo
morir sin compartirle mi lecho,
Sin
acariciar por siempre su cabello,
Sin besar su
alma, sin beberme su pecho,
Sin comerle
lento, beberle el cuello.
¿Dónde se
esconde la musa de un loco?
Tal vez en
aquel infierno del tiempo,
Tal vez en
el manicomio del cigarrillo;
¡Ven pronto
sanadora de mi cuerpo!
¿No ves que
muero lento? Poco a poco;
Ven con
migo, tú eres el ultimo platillo,
La condena
se acerca, el fin atisbo.
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