Tengo esa
necesidad de escribir a mi Frágil color rojo, como cada segundo de mi vida.
¿Por qué le escribiré tan incesantemente? Tal vez es que por aquí es el modo que la siento mía, próxima, existente; es escribiendo el único modo en el
que le digo lo que jamás podría hacer. Pero, ¿Qué te puedo decir mi amor?
Veamos que
sale…
Las personas me miran extrañados,
Se preguntan
quién soy en verdad,
A quien le
escribo con tal sinceridad,
¿Les cuento
mi amor? ¿Les digo a todos?
Sencillo
seria contarles que le escribo a un ángel,
Una mujer
blanca cómo las almas puras,
Y de manos
delicadamente cautivadoras,
Creadora de
la primavera con su proximidad,
Y
procreadora de inviernos cuando se distancia al andar.
Eres tú el
contenedor para la más pura personalidad.
Y con tu
silencio se hacen las hojas en los árboles,
En las ramas
nacen flores y escucho a las aves cantar,
y las veo
volar, perderse en la comisura de tu serenidad.
Basta con
decir que eres el nirvana de mi universo,
Sin miedo a
exagerar,
El punto
perfecto donde se mezcla la unidad,
Los planetas
chocan en tu boca,
Entre esas
franjas cósmicas de rosa estelar,
Y ya hay
nuevas galaxias girando,
Con sólo
verte hablar.
Puedo
decirte lo que hoy siento,
Sin sentido,
pero podría hacerlo.
¿Para qué
decir lo obvio?
Las palabras
son instrumentos,
Pero mis
manos, mis manos son las notas,
El ritmo y
rima de los sentimientos,
Con ellas te
hago prosas,
Con ellas
toco el mundo que te lleva dentro.
Con mis
pulmones negros reflejo tu ausencia,
Las lágrimas
son pioneros,
¿Y mi piel
obscura?
Camuflaje de
tus contornos,
El contraste
para tu singular cintura.
Podría decir
que eres mi alma gemela,
Pero
mentiría,
Pues tú eres
pura belleza,
Delicada mezcla
de humanidad
y naturaleza,
y mi alma un
espejo,
un lago
solitario donde miras tu rostro;
el cristal
rayado
que sueña
ser ambos, nosotros.
Podría
decirte que cuento los segundos para estar a tu lado,
O que lucho
contra el tiempo y los destinos para lograrlo,
Pero te
mentiría, y no soy mentiroso,
Los
enamorados no mentimos,
Sólo decimos
verdades desconocidas,
Verdades de
las almas y los corazones solitarios.
Aunque
tendré la osadía de decirle,
A usted mi
rojo amanecer lejos de los miedos,
Le diré que
por usted no conozco los tiempos,
Mucho menos
el esfuerzo;
Con usted
sólo conozco los sueños,
Con su
existencia conozco porque existe el cosmos,
Porque
tememos no ser eternos.
Si algo he
aprendido es que las parejas temen perder a su amado,
Pero no soy
su pareja, soy su loco enamorado.
¿A qué le
temen los enamorados?
No se los
demás pero, para miedos,
Que el infierno
no arda tanto como mi pecho al tomarle de la mano.
Eso es
terror, eso es para desquiciarnos.
Podría
decirle una última cosa,
O tal vez
millones, no sé cuántos pretextos.
Los
metafísicos me crucificaran por esto,
Pero sus
dudas he resuelto,
Tú eres el
origen de mi universo,
Aunque este
no se mueve como el resto,
Este se gira
y crece, perplejo,
Siempre
siguiendo tu equilibrio perfecto,
Deseando ser
un paralelo a tu cuerpo,
Eres el todo
disfrazado de suculento.
No la razón
de ser, tú eres el ser,
Su
unificación, su pretexto,
La excusa
que le dice a dios, apenado,
Como un chiquillo
lloriqueando
Cuando rompe
las ventanas de lo correcto.
El final de
los años,
El consejero
de lo eterno,
Margen
interestelar en las dimensiones de mi cerebro.
Los
escalones de mi perfección,
Por lo que
el tiempo es relativo e imperecedero,
Y nada se
destruye, todo se transforma en tus momentos.
Podría
decirte muchas cosas,
Pero todo lo
que diga es trivial,
Tú eres todo
y hasta más.
Una creación
completa, nada experimental.
¿De que
serviría comprenderte o que me comprendas?
Me tienes
contemplada en tu respirar,
Mientras, yo
respiro lento cada que pienso:
“morir,
viajar en su infinito como bella estrella fugaz,
Contemplando
todo lo que hay tras sus pupilas,
Dividiéndome
en millar, dispersarme en filas,
Para algún
día, en el universo de su vida poderme integrar”
Sobran las
palabras, sobra el universo,
Contigo
basta para que la vida exista,
Para
escribir infinidad de prosa y verso,
Y mantener a
un alma eternamente cautiva.
¿Eso quieres
que les diga?
¿O sólo
invento una excusa?
Fácilmente
fingiría locura,
Aunque no
mentiría,
Al decirles
que le escribo
A la belleza
del mundo,
Y no a una quimera,
No es
mentira cuando digo:
Que sólo le
escribo
A la vida
misma.
Simplemente sublime ♥
ResponderEliminaratte: anónimo:p
jahahah ¿Anónimo?
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