Pues
tiemblo, delirio a tu paso,
¡Tu caminar!
Altivo, despacio,
Como un
sueño de noche fría.
Lúgubre
dulzura,
Belleza
distante,
Rosa negra,
Inquietante,
Deliciosa
locura,
Imperante;
Suspiro y
espesura.
¿Locura
dije? ¿No lo es mi temor?
Miedo al
acercarme,
Hablarte,
atreverme,
Mi pecho
arde, ¡Oh cuanto fervor!
Me das miedo
mujer sombría,
Como a Poe
su eterna amada,
O Neruda y
su alma humana,
Así me
aterras, feliz, con alegría.
¡Y mientras
más temo más siento!
Más agitas
los sentimientos,
Como mil
poemas y sonetos,
Pero
palidezco ante el sólo intento.
Un mar
cauteloso de emociones desconocidas,
Quimeras
quizás, bobadas sin más.
Locuras
quizás, temores sin más.
Mi barca
titubea en zarpar, ¿el ancla elevarás?
Paso de
diosa, de encanto,
Ángel
perdido en un infierno humano;
¿Es mucho
soñar el rose de tu mano?
Si lo es, no
pierde el encanto.
Me das miedo
mujer sombría,
Eres el
Réquiem de las horas nocturnas,
Suspiros
lascivos de las pasiones diurnas,
Miedo de
vida, miedo de cría.
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